Las primeras lluvias sobre el Valle Central de Costa Rica son impresionantes. Son una descarga combinada de tormenta eléctrica y chaparrones de agua. Es como tener a la semana, varios “Cordonazos” de San Francisco. El primero, ocurrido ayer viernes, fue de antología. De repente, un rayo cae cerca de la tienda e inmediatamente, un apagón generalizado y a los pocos segundos vuelve la electricidad, pero deja su secuela: el punto de venta no arranca, los teléfonos desconectados, y raramente, la internet funcionando. Las historias que se tejen sobre las rayerías son múltiples: En las escuelas se suspenden los accesos a las piscinas, andar con paraguas con puntas metálicas pueden atraer los rayos. De vez en cuando los periódicos comentan heridos y hasta fallecidos por rayos. Dejando a un lado sus aspectos trágicos, ver una rayería es espectáculo!!. Es el poder de la naturaleza iluminando la tarde (siempre son tormentas vespertinas o nocturnas) que está oscurecida por la lluvia. Se asemeja a las tormentas de los llanos venezolanos.