Retomando mis escritos, en 4 meses ha pasado mucha agua bajo el puente. Quisiera comentar 3 aspectos: una, la avalancha en Escazú provocada por el paso del huracán Tomás, la invasión de Nicaragua al territorio costarricense y la propuesta de reforma fiscal que intenta adelantar el gobierno nacional.
El 3 de Noviembre, al paso del Huracán Tomás por Costa Rica, la televisión mostró imágenes en las que se observaron poblaciones totalmente inundadas, deslizamientos por doquier, y las miles de toneladas de lodo y piedras que se precipitaron sobre Calle Lajas, en Escazú. Al final, 23 fallecidos y 60.000 damnificados. En lo personal, esa noche me hizo acordar, por la contundencia de la lluvia y la fuerza del viento, el deslave de Vargas en 1999.
En los días siguientes la solidaridad nacional fue inmediata. El duelo nacional por la muerte de los habitantes de la Calle Lajas, fue seguido por la población. La ayuda internacional (de Colombia, de Guatemala y de EEUU, principalmente) contribuyó en no poca medida a tranquilizar a la población. Helicópteros militares extranjeros sobrevolaron el espacio aéreo, para llevar ayuda a poblaciones aisladas. Costa Rica no cuenta con esos equipos. Los servicios públicos fueron restituidos en las poblaciones afectadas casi de inmediato.
Hoy, 4 meses después, los damnificados ya no están en los refugios. No hay declaración de emergencia.
El 21 de Octubre, fuerzas militares nicaragüenses ocuparon una estrecha franja de Costa Rica, como apoyo al dragado del Rio San Juan, efectuado bajo la dirección de Edén Pastora. El gobierno de Nicaragua argumentó que procedía a esa ocupación, puesto que Google maps, aseveraba que era territorio nicaragüense. El hecho es conocido. Me limito a efectuar dos consideraciones básicas. 1. La respuesta del gobierno tico ha estado perfectamente delineada con una política de paz: Acudir a las instancias internacionales de resolución de conflictos. 2. Rechazo a cualquier posibilidad de militarizar el conflicto. Ambas consideraciones han “desarmado” al gobierno de Ortega, y de quienes andan por detrás de ese hecho. En la actualidad, el ministro de Relaciones Exteriores, anda por Holanda, acusando en la corte internacional de La Haya, al ejército nicaragüense de invasor, luego de haber pasado por las instancias regionales de la OEA.
El 17 de enero, el gobierno de Doña Laura Chinchilla, presentó al Congreso, un plan de reforma fiscal, con el objeto de reducir el déficit del país que llegó a un máximo histórico desde 1994 al alcanzar al cierre de 2010 5,3% del Producto Interno Bruto (PIB). Como todo país serio, las observaciones (mayoritariamente críticas) se hacen presentes en los medios de comunicación. Ya con anterioridad, otros gobiernos han intentado parecidas reformas sin poder cumplir su cometido. Las críticas, en cierta forma, me han hecho recordar momentos en mi infancia, cuando oía por televisión críticas a la reforma tributaria que en su momento, intentó adelantar el gobierno de Raúl Leoni, y que terminó en una derrota para la intención oficial.